La estrategia de periféricos.​

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Son carteles elaborados con mensajes cortos y atractivos visualmente, que se colocan en distintos puntos del salón para llamar la atención sobre el tema. No se debe abusar de ellos; no deben ser muchos, ni siempre deben hacerse uso de este recurso, pero cada cierto tiempo surten efecto.

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Un valor agregado se obtiene cuando se le recomienda previamente a un grupo de alumnos su elaboración.

​La minilección del maestro debe estar al nivel del alumno e integrada al desarrollo del tema de manera tal que el grupo la reciba como una ayuda más porque le orienta cognitivamente.

Toda minilección debe poseer:

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• Una breve introducción en la que se retoma lo ya conocido que guarda

relación con el contenido de la clase.

• Un desarrollo donde se exponga la idea central del tema que ayudará al alumno a comprender el asunto.

• Un cierre donde se exponen algunas conclusiones, o bien, ideas esenciales que deben quedar muy precisas.

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En este o en otro momento, a criterio del maestro se debe hacer referencia a libros, artículos o direcciones electrónicas donde se puede buscar más información.

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La estrategia del sistema de señales.​

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Es por su origen, portadora de la información semántica que equivale a los que representa o indica.

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Un recurso muy valioso del aprendizaje cooperativo para la orientación de los alumnos en clase es el sistema de señales, esto es, un conjunto de gestos a los cuales alumnos y profesores, convencionalmente, le dan un significado para autorregulación del comportamiento de los miembros de un grupo.

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Por ejemplo, el grupo se pone de acuerdo y elige una señal para solicitar silencio total en el salón o, bien, para indicar que el equipo ya terminó la tarea orientada.

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Las señales deben ser simples y de fácil comprensión e incorporación por parte de los alumnos, además de no ser muchas, sino sólo las indispensables para lograr una autorregulación grupal.

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